El presidente Javier Milei volvió a apuntar este sábado contra las políticas del pasado al señalar a los que él considera los “degenerados fiscales”, término que utiliza para los legisladores del Congreso, y definió lo que para él es la mejor política social que se puede llevar adelante en la Argentina. Su mensaje llega un día después de las fuertes declaraciones del papa Francisco desde Roma, en un evento junto al dirigente social Juan Grabois, con las que criticó al Gobierno y apuntó, en particular, al protocolo antipiquetes diseñado por la cartera de Patricia Bullrich.
En un mensaje en la red social X, mientras viaja rumbo a Estados Unidos para presentarse en Wall Street y, además, verse de nuevo con el dueño de esa plataforma, Elon Musk, el líder de La Libertad Avanza afirmó: “Los degenerados fiscales, con su amor a los más pobres y sus acciones sólo los multiplican. La mejor política social es equilibrio fiscal con presión fiscal descendiente y una política monetaria que termine con la inflación”.
El posteo del Presidente comienza con una explicación económica y asimismo refiere a un pedido especial hacia el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. “RELACIÓN EMBI vs. PIB Dado el impacto del accionar de los degenerados fiscales sobre el riesgo país, pedí a @fedesturze que midiera la relación entre el EMBI y el PIB. A la luz de los resultados, si el riesgo país volviera a los niveles que tenían los K, estaríamos perdiendo un tercio del PIB, pasando de USD 600MM a USD 400MM. En definitiva el chiste de los degenerados fiscales cuesta USD 200MM”.
Tras ello, siempre en lenguaje técnico, suma: “Al mismo tiempo si el PIB se lo toma en pesos, el impacto sería de 1/3 del que se observa en dólares. Por ende, esto significa que cuando los degenerados fiscales avanzan el PIB en dólares cae 1/3 por menor actividad y 2/3 por salto en el tipo de cambio real. Por ello, los salarios en dólares se destruyen y la cantidad de pobres e indigentes vuela”.
Por último es que apunta los “degenerados fiscales”, a los que señala por “su amor a los más pobres” en un tono de chicana y luego de ello es que brinda su definición de la mejor opción para conseguir en el país justicia social, uno de los puntos por lo que siempre pide el Papa, quien este viernes salió a criticar con dureza a la gestión libertaria. “Esto es, los degenerados fiscales en su amor a los más pobres, sus acciones sólo los multiplican. La mejor política social es equilibrio fiscal con presión fiscal descendiente y una política monetaria que termine con la inflación”, escribió.
El término “degenerados fiscales” fue utilizado repetidas veces por Milei para referirse a los diputados y senadores del Congreso en relación a sus intentos de modificar el presupuesto a través de iniciativas como la suba a las jubilaciones y la actualización del financiamiento universitario. El Presidente sostuvo siempre que dichos proyectos modifican su objetivo de “déficit cero”.
Las palabras de Milei llegan tras el fuerte discurso del Sumo Pontífice en la conmemoración de los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano. Allí, apuntó contra el protocolo antipiquetes del Ministerio de Seguridad, manejado por Patricia Bullrich, debido a los altercados entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes afuera del Congreso en una marcha contra el veto presidencial sobre el aumento a las jubilaciones la semana pasada. Uno de los episodios que mayor polémica causó fue el caso de una niña que fue rociada en la cara con gas pimienta por efectivos policiales.
“Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos, quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas. No, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta a eso, eh”, sostuvo en el Vaticano.
En ese mismo discurso criticó a Julio Argentino Roca, uno de los próceres favoritos del Presidente, por haberle “cortado la cabeza a todos los aborígenes”, lo que calificó de “una cosa vergonzosa”. Y también realizó una fuerte denuncia por corrupción de parte de un ministro, aunque no reveló su nombre. Fue en ese momento que advirtió sobre el diablo, que “siempre entra por los bolsillos”.
“Me contaba un emprendedor internacional que estaba haciendo en la Argentina inversiones de extensión de eso que ellos llevaban adelante, que trabajan muy bien y hay un buen acuerdo, que fue a presentarle al ministro el plan de nuevas extensiones y el ministro lo atendió muy bien y le dijo: ‘Déjemelo y ya lo van a llamar’. Al día siguiente lo llamó el secretario del ministro, le dijo: ‘Mire, ¿usted dentro de dos días puede pasar? Así ya le entregamos el permiso y todo’. Él pasó, le entregó los papeles, las firmas y, cuando él se estaba por levantar, le dijo: ‘¿Y para nosotros cuánto?’. ¿Y para nosotros cuánto? La coima, ¿no?”, relató.
Unas horas más tarde, el Gobierno brindó su respuesta oficial a través del vocero presidencial, Manuel Adorni. “Ya lo dijimos en otras oportunidades. Es la opinión del Papa que nosotros escuchamos y hasta reflexionamos. No tenemos por qué coincidir con él, aunque el respeto es total. No hay mucho más para decir”, aseguró en conferencia de prensa.
LA NACION