lunes, 30 diciembre, 2024
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Tania Scaglione: Creo que estamos en una época donde es imprescindible militar la empatía

Algunas instancias de los lógicas de lo biodramático y el teatro documental aparecen reflejadas en la producción escénica de la artista local Tania Scaglione (Río Cuarto, Córdoba, 1979), quien a lo largo de casi dos décadas de trabajo profesional tomó como guía la experimentación y los cruces de lenguajes, algo que se revela en un recorrido artístico marcado esencialmente por la diversidad.

Tania Scaglione es novelista, dramaturga y directora de teatro, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y diplomada en Literatura y Cultura Francófona por l’Université de Lausanne.

Luego de una serie de experiencias en el campo de lo escénico y de la escritura de la trilogía formada por las obras Quimo, Te contengo con ternura y Lesa humanidad (las dos primeras también estrenadas por ella como directora), publicadas en 2012 por la Editorial Espiral Calipso, entre otros de sus trabajos destacados aparecen la experiencia performática La Batalla del Parque de España (directora general), el biodrama Acto relámpago o la más reciente Les nietes de Carlos Marx.

Ahora, tras un largo proceso de trabajo de más de un año, Tania, al frente de un gran equipo artístico y técnico, ofrecerá dos funciones estreno, este viernes y sábado en el Centro Cultural Parque de España (CCPE), de La casa suiza, que pocos días después se presentará en el FAER 2024. Se trata del proyecto ganador del Laboratorio de Dramaturgia Descarriadas 2023, coordinado por Mariela Asensio en el CCPE, que cuenta con las actuaciones de Ricardo Arias, Germán Basta, Laura Copello, Vilma Echeverría, Mumo Oviedo, José Pierini e Irupé Vitali.

Más allá de la ficción, nuevamente algo de ese inquietante mundo propio aparece reflejado en el texto dramático de esta propuesta que fue el inicio de todo el proceso que cierra con el montaje de la obra, donde el disparador fue una enfermedad que atraviesa su madre. Dos hijos construyen una casa con estilo suizo para su mamá, que siempre fue una apasionada de La novicia rebelde, la película de la monja niñera que, con la música, salva a la familia de la tristeza y de los Nazis.

Tania Scaglione. PH: Ximena Pereyra.

En esta casa suiza, como un reparo donde el afuera no afecta, todo es posible: la vida se desplaza, se mezcla y se confunde, “y la ciudad entera cabe en el teatro del Parque de España; dado que dentro de la sala están el Parque Independencia, el salón de actos de la Facultad de Humanidades y Artes, el Boulevard Oroño y el río Paraná”, sostiene la artista. Y suma: “Todo lo que se nombra aparece como por arte de magia ante los ojos de los espectadores, incluso el filósofo Gilles Deleuze da un salto y sube al escenario”.

“Pero mientras ese mundo maravilloso se despliega, la madre no encuentra su lugar, se pierde; nadie puede entender lo que le pasa, y mucho menos contarlo. El contraste entre lo que vemos y lo narrado conduce a los hijos y a la casa suiza al caos, en una puesta llena de humor, juego y de gran libertad en la elección de los recursos escénicos”, plantean desde el equipo artístico que se completa, más allá de la dramaturgia y dirección de Scaglione, con la asistencia de dirección de Julieta Yelin, dirección de arte de Ximena Pereyra, dirección de trama sonora de Claudio Lo Giudice, diseño lumínico y operación de luces de Martina Astegher, Keila Salas y Héctor Aguilera; coreografías de Puca Nela, diseño y ejecución del mueble-piano de Rodrigo Frías y confección de vestuario de Cintia Crespo, con producción general del CCPE.

Apuesta a la ficción

“Esta es la primera obra de ficción ciento por ciento que hago después de un montonazo de años; quizás lo más cercano a esto haya sido La Batalla del Parque de España, o puestas en escena de lecturas de poesía performática (como La malcriada de tu Lengua) donde también aparecía la ficción. Es una obra de teatro donde esa ficción genera todo un mundo, también, a través de las palabras, fue algo que se dio de este modo, me salió así después de doce años de trabajo probando otras cosas. De todos modos hay algo personal y real y fue necesario hacerlo así: mi mamá atraviesa una enfermedad vinculada con la memoria, es algo bastante reciente y es algo que me conmueve mucho, que me es muy cercano, entonces creo que el recurso de la ficción y el humor son una suerte de escape para este tipo de situaciones. La obra tiene mucho de todo eso, pero sobre todo tiene mucho humor”, contó Scaglione a modo de presentación del material.

“De todos modos, no es una comedia clásica y mucho menos desaforada; la gente no se va a reír a carcajadas en relación con esos momentos de un humor que es muy particular. Y es una ficción que parte de cosas muy puntuales, que si bien podrían ser en parte realidad, rápidamente todo se va fantaseando y esa supuesta realidad va tomando otro espesor dramático que se traduce a partir de distintas capas. De hecho, la construcción del texto de la obra y la obra en sí tiene tres patas: una es La novicia rebelde, la película (clásico de 1965 dirigido por Robert Wise), otra de las patas es Suiza o una idea de Suiza que no es la de las  Colectividades o la de lo más folclórico sino esa idea de Suiza como un lugar donde supuestamente todo está bien, todo funciona. Y la tercera es una idea de familia con esta madre y todos los hijos que van contando algo de ella y haciendo cosas por ella”, sumó la dramaturga y directora.

Y sobre ese imaginario de la La novicia rebelde, que fue uno de los disparadores para la escritura del texto, destacó: “Vi esa película de chica dos o tres veces con mi familia, pero no es algo que tenga tan presente o que sea una fanática. Sin embargo, fue surgiendo en esto de las montañas, de Suiza como un lugar que fue apareciendo en esa fantasía de lo ideal. En el proceso de escritura me vino esto de que cuando se exilian de Austria se van a Suiza y cruzan Los Alpes a pie. Ahí se empezó a formar como un bloque bastante sólido entre esas tres cosas que van avanzando a lo largo de la obra, y que son constitutivas de todo el proceso”.

Escribir lo escénico

En el mismo sentido, dada su vasta experiencia en la escritura tanto dramática como narrativa, el de La casa suiza fue un proceso lleno de desafíos que luego cerraron con la dirección y el montaje final de la propuesta: “Este es un texto que escribí en el marco del Laboratorio de Dramaturgia que tuvo lugar en el Parque España dentro del marco de Descarriadas, eso fue el año pasado. Primero, con unas clases de dramaturgia y después seguimos diez personas trabajando en el contexto de un laboratorio, escribiendo y llevando ese material para compartirlo y enriquecerlo. Hacíamos distintas entregas y Mariela Asensio, que fue la coordinadora general, las iba comentando; así se formó un grupo muy lindo, muy colaborativo, nos ayudamos mucho con todos los textos, y Mariela fue muy genial no sólo en el saber, en el conocimiento que tiene acerca de la teoría y respecto del oficio de escribir teatro, sino en su enorme generosidad y en su gran capacidad para transmitir lo que sabe, que hizo que esta fuera una experiencia de un gran aprendizaje, verdaderamente extraordinaria”.

Y respecto de las etapas que transitó en ese largo proceso de escritura, detalló: “El texto lo escribí de un tirón en dos o tres semanas, lo tenía casi todo pero me faltaba el final. Y para escribir el final, que es una página y media, estuve tres meses; ese final me costó horrores. Creo que tiene que ver con esto que, justamente, me toca de manera personal en relación con la enfermedad de mi mamá. Finalmente, presentamos esos textos en un concurso interno, pero con un jurado externo, y ahí eligieron el mío. Parte del premio era que el Parque de España, durante este 2024, produzca la obra. Me preguntaron si quería dirigirla o prefería que la dirija otra persona; confieso que lo pensé bastante, y finalmente decidí dirigirla yo más allá de lo fuerte que se me hace a mí la historia que contamos, que va por lugares muy emotivos, momentos que me resultan muy conmocionantes, pero estoy muy contenta con el resultado final”.

“En ese sentido, como pasaba con La Batalla del Parque de España, el espacio aquí también está estallado, la obra incluso transcurre en un tiempo al que nosotros lo llamamos líquido, porque todo transcurre en una temporalidad líquida. Y también tiene algo de una obra que hicimos en pandemia, a distancia, que se llamaba Protocolo para dejar de olvidar porque como aquella también plantea algo en relación con la memoria y el recuerdo, pero no desde un lugar melancólico, sino como un lugar identitario, como el lugar de esos recuerdos que nos marcan y definen quiénes somos y qué posición tenemos ante la vida o queremos tener para un futuro”, planteó Scaglione en relación con el devenir dramático que, desde lo formal, transita La casa suiza.

Un seleccionado

Más allá de los logros de otras de las experiencias del valioso ciclo Descarriadas que en su debut tuvo como invitado a Marcelo Allasino, es muy interesante que cada creador pueda convocar al elenco que considere necesario para su propuesta y, como en ese caso, el resultado sea un verdadero seleccionado. “En marzo último –sumó Scaglione–, empecé a convocar a todo el equipo de trabajo y me guie por lo que conocía de cada uno, porque es gente que admiro mucho como trabaja, como actúa, y que iban bien para los personajes, pero sobre todo me fui guiando porque es gente que quiero mucho; por razones diferentes son todas personas que quiero y respeto, con las que he trabajado antes o que han sido maestros míos, como Vilma Echeverría y Ricardo Arias. Los quiero mucho a todos, y el caso más particular es el de Laura Copello porque hay un personaje que se llama Amiga Susana y está inspirado totalmente en la hermana real de Laura que se llama Susana y que es amiga de mi mamá. Ahí también se da algo muy conmovedor: Susana y mi mamá son amigas de toda la vida, estuvieron juntas en la Facultad, militaron juntas muchos años, una vida compartida. Laura fue la última actriz que convoqué; me generaba un debate interno esa cercanía con la realidad porque en definitiva es su hermana, pero la verdad es que estoy muy feliz de haberlo hecho. Con Mumo (Oviedo), José (Pierini) e Irupé (Vitali) ya había trabajado y son artistas muy cercanos y a Germán (Basta) no lo conocía, pero necesitaba un actor que pueda hablar francés, y ni bien lo conocí me encantó como persona y por cómo actúa. Es un actor que propone todo el tiempo, pero a su vez es muy sensato porque esa propuesta siempre es muy afinada. Muy feliz con todo el grupo y después, la asistente de dirección, Julieta Yelin, es otra genia, investigadora del Conicet en Literatura, es alguien muy sensible y muy creativa que fue otro gran apoyo”.

Pensar en el otro

Finalmente, Scaglione habló acerca de un tema basal que atraviesa su propuesta y que pone atención en la empatía en un tiempo donde el reinado del individualismo parece haber ganado la batalla: “Quizás no sea lo que se ve en un primer plano, pero sí la obra plantea un tema con relación a la empatía, con entender que a la otra persona le puede estar pasando algo que no sabés qué es y que simplemente quizás lo único que tengas para hacer es no cuestionarla sino tratar de  entenderla y acompañarla. Creo que estamos en una época donde es imprescindible militar la empatía, más allá de otro montón de cosas. Estamos viviendo una época donde está todo el tiempo presente esto de cancelar y de criticar enseguida, de no escuchar ni darle lugar al otro para poder entender lo que le pasa. Hoy prima esto de que si el otro no pudo con algo es por una cuestión de falta de esfuerzo o de mérito personal, y en realidad cada uno tiene su historia que está implicada en una cuestión social y va haciendo desde ahí lo que puede y como puede, y allí también pone su mirada esta obra. Como le pasa al personaje principal, hay mucha gente que está perdida. Y a mí siempre me pasa por la cabeza este momento: si alguien se la cruza a mi madre en la calle, ¿qué haría? En medio de todo este proceso que es muy movilizante para mí, siempre pienso, aunque suene pretencioso, qué haría esa persona antes y que haría la misma persona después de ver esta obra”.

Para agendar

La casa suiza tendrá sus funciones estreno en el Teatro del Centro Cultural Parque de España (CCPE, Sarmiento y el río) este viernes 4 y sábado 5 de octubre, a las 20.30. Las entradas se venden en la boletería de ese espacio cultural en horarios habituales o bien a través del sistema de venta online https://1000tickets.com.ar/evento?id_evento=1307&la-casa-suiza-4-10

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