El Gobierno quiso prohibir la protesta social con un descomunal y a la vez absurdo operativo policial, junto a la Policía de la Ciudad. Bullrich, Milei y Jorge Macri crearon un verdadero caos de tránsito en la capital del país, con el único objetivo de intimidar para impedir la movilización en apoyo a las y los jubilados. Más temprano la amenaza había llegado a través de los altoparlantes en las estaciones de trenes de CABA y el AMBA. Allí se había escuchado un mensaje intimidatorio, donde se anunciaba “represión policial” a quienes protestaran “con violencia”.
Nada de eso funcionó. Hubo miles de personas cerca del Congreso, rodeando de apoyo la lucha de los jubilados y las jubiladas, que se mantiene como un símbolo de resistencia a un ajuste feroz.
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Las miles de personas que marcharon llegaron desde CABA y desde el AMBA, convocados por organizaciones o por su propia decisión, autoconvocándose para estar junto a las y los jubilados. Fueron hasta el Congreso desafiando las amenazas represivas, sabiendo que podía existir violencia por parte de las fuerzas federales.
«Robar a los jubilados es un crimen social» pic.twitter.com/cZuR2jVRLG
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) March 19, 2025
Ayer mismo, poco antes de que miles de personas se concentraran en las calles, el Congreso avaló con el DNU del acuerdo con el FMI, con el que Javier Milei y Luis Caputo pretenden profundizar el saqueo nacional. El Gobierno volvió a contar con el apoyo de la casta: radicales, macristas y una porción del peronismo corrió en ayuda del oficialismo, para garantizarle un voto positivo a este acuerdo, del cual aún no se conocen números, plazos y demás cuestiones.
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Este triunfo parlamentario no puede ser considerado sinónimo de fortaleza del Gobierno. Por el contrario, todos los problemas estructurales que lo empujaron a rogar un acuerdo con el FMI siguen presentes. En simultáneo, la situación económica de las grandes mayorías populares sigue atravesada por la caída del consumo y la pérdida de poder adquisitivo. El relativo control de la inflación no equivale a buenas noticias para el pueblo trabajador. En ese escenario, el malestar social sigue creciendo y empieza a emerger un sector de miles y miles de personas dispuestas a desafiar la violencia represiva del Estado capitalista que dirigen Milei, Bullrich y cía.