Perú no deja de sorprender. Con paisajes que cortan el aliento, una cultura que late en cada rincón y una gastronomía que ha conquistado al mundo, el país sudamericano vuelve a posicionarse como epicentro del turismo internacional. Este año, Rumbo tuvo el privilegio de participar activamente en el Perú Travel Mart 2025, el evento más importante del sector turístico peruano, y ser testigos de una edición histórica que no solo reunió a compradores y operadores de todo el mundo, sino que también apostó por una descentralización real y efectiva.
Durante nuestra cobertura, fuimos parte de una experiencia que trasciende lo comercial: visitamos destinos icónicos y emergentes, dialogamos con actores clave de la industria, y confirmamos que el Perú está listo para ofrecer al mundo una propuesta turística diversa, sostenible y profundamente conectada con su identidad.
Arequipa: sabores, historia y paisajes que asombran
Nuestra primera escala fue Arequipa, la ciudad blanca, donde el legado colonial vibra en cada calle de sillar, y la hospitalidad se expresa tanto en el saludo como en el plato. En el marco del Perú Travel Mart, fuimos parte de una agenda intensa de reuniones con operadores turísticos regionales, y también exploramos algunas de las experiencias más auténticas que ofrece la región.
Una de ellas, sin duda, fue la gastronomía arequipeña, que nos dejó una impresión profunda y deliciosa. Desde el emblemático rocoto relleno hasta el adobo, el chupe de camarones o la ocopa, Arequipa se presenta como un destino culinario en sí mismo. Las picanterías tradicionales, con sus cocinas a leña y sazón heredada de generación en generación, ofrecen mucho más que platos típicos: son verdaderos templos de cultura viva. En cada receta se guarda historia, territorio e identidad, y la experiencia de comer se transforma en una forma directa de conocer el alma del lugar.
Más allá de la ciudad, nos dirigimos hacia uno de los paisajes más impactantes del sur peruano: la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, un ecosistema de altura que alberga volcanes, vicuñas, lagunas y bofedales. Pero el gran protagonista fue el salar de Salinas, una planicie blanca como la nieve, donde el cielo parece multiplicarse en la tierra. Caminar sobre ese espejo natural, entre el silencio y el viento, fue una de las experiencias más poderosas del viaje.
Cusco, Machu Picchu y la Montaña de los 7 Colores: una trilogía mística
En Cusco, capital del imperio incaico, nos recibió el sol entre calles empedradas y balcones de madera tallada. Más allá de su belleza arquitectónica, Cusco se mostró como un hub estratégico para el turismo internacional. Participamos en rondas de negocio donde se evidenció un creciente interés por el turismo comunitario y experiencias personalizadas.
Desde allí, visitamos Machu Picchu, joya del turismo mundial, cuya majestuosidad sigue conmoviendo incluso al viajero más experimentado. También ascendimos a la Montaña de Siete Colores (Vinicunca), un escenario surrealista a más de 5.000 msnm, donde el viento, el silencio y el vértigo se combinan en una postal inolvidable. Es uno de esos lugares que te recuerdan por qué viajamos.
Lima: capital de encuentros y alta cocina
El punto de partida fue Lima, ciudad que cada vez asume más su rol de anfitriona global. Aquí se desarrollaron las primeras rondas de negocio y encuentros institucionales del Perú Travel Mart. Pero también aprovechamos para explorar su faceta cultural y, por supuesto, gastronómica.
Uno de los momentos más memorables fue nuestra visita a Maido, el restaurante de Mitsuharu “Micha” Tsumura, recientemente elegido el número 1 del mundo en la prestigiosa lista The World’s 50 Best Restaurants 2025. La experiencia fue una sinfonía de sabores nikkei, técnicas de vanguardia y narrativas profundas sobre identidad peruana. Cada plato fue una obra de arte comestible, donde el mar, la sierra y la Amazonía se encuentran en equilibrio perfecto. Más que una cena, fue un viaje sensorial que ratifica el lugar de Lima en el mapa mundial de la alta cocina.
Chachapoyas: el tesoro verde del norte
Uno de los grandes descubrimientos de este viaje fue Chachapoyas, en el departamento de Amazonas. Lejos de los circuitos turísticos más conocidos, este destino ofrece una combinación única de selva, arqueología y hospitalidad. Visitamos Kuélap, la imponente fortaleza preincaica, y recorrimos senderos rodeados de neblina y misterio. Este destino tiene el potencial para convertirse en el “nuevo sur” del Perú, con propuestas sostenibles y auténticas.
Más que una feria, una plataforma de futuro
El Perú Travel Mart 2025 superó su rol tradicional como feria comercial para convertirse en una plataforma estratégica de reconexión global. Con más de 180 compradores internacionales y cerca de 175 expositores locales, el evento facilitó miles de citas de negocio, pero sobre todo, mostró una voluntad clara de pensar el turismo desde el territorio, con enfoque sostenible y descentralizado.
Para Rumbo, haber sido parte de esta experiencia fue mucho más que una cobertura periodística: fue una oportunidad para ver, sentir y contar un Perú que no solo quiere recibir turistas, sino compartir su alma. Nos llevamos encuentros, paisajes, sabores y proyectos, y una certeza: el futuro del turismo en Latinoamérica está más vivo que nunca, y empieza —una vez más— en el corazón de los Andes.