En la actualidad son muchos las y los artistas que buscan no encasillarse en un género musical, porque no quieren limitarse dentro de un ritmo, o bien porque quieren que su música navegue por las distintas propuestas que habitan en ese universo. Ejemplo de esto es el músico, cantante, compositor y productor rosarino Diego Wacker quien desde el año pasado viene amagando con lanzar un disco, mostrando algunas de sus piezas en los últimos meses, pero este miércoles arribó a plataformas con no uno, sino dos placas: el disco de canciones Ascenso – Descenso, y el de temas instrumentales Música para soles.
Así, ya con dos producciones más en su prolífica carrera, Wacker registra 28 ediciones, entre singles, EP y LP, que además del reconocido Spotify, también están disponibles de manera grratuita, listos para escuchar o descargar en un sonido de alta calidad en su canal de Bandcamp.com.
Desde el primer adelanto que se conoció, “No es la cresta de la nube”, Wacker demostró que su música tiene un ritmo potente, pero no se encasilla ni en el rock, ni en el pop, eso lo demostró durante el verano cuando revisitó el legado de María Elena Walsh con una versión de “Canción de tomar el té”, con motivo de los 95 años del nacimiento de la gran escritora.
Más tarde, tocó las fibras más internas de quienes escucharon el segundo adelanto de la placa, “Hoy que el sonido es río”, con una historia sensible, emotiva, que hasta deja cierta sensación de paz al escucharla.
Lo particular de esta última canción es que no fue una mera “muestra” de lo que llegará a plataformas, sino que fue publicado en formato de EP.
Porque Diego Wacker no se conforma con poco, lleva años trabajando en el disco que buscará sonar en cada dispositivo. Sus canciones revelan historias disímiles, cada una marcada por un ritmo específico, que remiten mucho a los años 80 y 90 y que, precisamente, “asciende y desciende” en cuanto a la intensidad sonora.
Según su creador, las de este disco son “canciones boutique a tracción electrónica, diseñadas con la sensibilidad necesaria para trazar un paisaje sonoro de melancolía, euforia, pulsión rítmica y pretensión poética”.
A lo largo de su vida, se formó como alumno en diversos aspectos musicales, incluyendo instrumentos, vocalización y producción técnica, abarcando áreas como ejecución, repertorio, mezcla y mastering. Además de transitar por instituciones de referencia, recibió enseñanzas de personajes reconocidos como Sergio Puccini, Juanjo Cura, Pablo Rabinovich y Sandra Corizzo, que nutrió su desarrollo integral como persona vinculada al mundo de la música. Asimismo, colaboró prolongadamente con referentes locales como Carlos Altolaguirre, músico e ingeniero único ganador local de premios Grammy; Eugenio Rosa, líder de la banda de entretenimiento más longeva de la región; Florencia Croci, guitarrista, cantante y mentora del centro cultural que lleva su nombre; y Matías Damato, reconocido bajista, productor y valuarte rosarino presente en la banda de Coti Sorokin, entre otros.
Cabe señalar también que Wacker integró diversas bandas y proyectos en roles y puestos variados, pero desde el año 2020 está dedicado a su carrera musical como solista, incluyendo el de productor y compositor. De hecho, fue co-compositor de “Ruptura”, tema que Flor Coci lanzó hace unas semanas. También están en pleno proceso otro de Vicky Durand Mansilla y una canción de Ana Vila Ortiz.
Su música dialoga con varios géneros como indie, pop, rock, dark, ambient y electrónica, registrada en el disco triple de música instrumental Capasensible, seguido del Ep Karmasutra (2021) y Guitarritmia (2023). Además, fue nominado a los últimos premios Edita 2024 por su disco Guitarritmia 2 como mejor álbum pop/indie pop y, en 2025, seleccionado para las mentorías de Zarpar Puerto Cultural.
En su propuesta conviven la canción de autor, la producción electrónica, las guitarras expresivas y una potencia estética que da lugar a universos sonoros singulares en cada lanzamiento. Cada obra se presenta como una invitación a una experiencia integral, cuidada y personal, donde se entrelazan el oficio, la exploración y una mirada propia sobre el hacer musical.