En medio del debate sobre los efectos del ajuste económico impulsado por el gobierno de Javier Milei, un informe reciente de la Universidad de Buenos Aires pone el foco en la recuperación económica y sus verdaderos alcances. Mara Pegoraro, politóloga y coordinadora del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina de la UBA, en comunicación con Canal E, comentó que es necesario “poner en contexto” los datos que presenta el oficialismo.
“Cuando uno hace una comparación interanual y ve que abril-mayo del 2025 pareciera haber un repunte de la actividad económica, la realidad es que eso lo está tomando el Gobierno comparado con el punto más bajo de la actividad económica que fue abril-2024”, explicó Mara Pegoraro. Y advirtió: “Cuando tu punto de referencia es tan desastroso y tan catastrófico, cualquier dato parece alentador”.
Cómo utiliza el Gobierno los datos de recuperación económica
Luego, manifestó que el Gobierno utilice los indicadores de recuperación para reforzar su narrativa de éxito económico se trata de una visión sesgada: “Si bien es cierto que hay signos de recuperación económica, en principio esos signos no son tan positivos como el Gobierno lo está contando y tienen que ser puestos en contexto”.
Por otro lado, Pegoraro dimensionó el impacto real de la supuesta mejora: “Cuando uno ve la caída de la actividad económica cercana a 25 puntos para el 2024 en abril, un dato mensual cercano a 6-7 puntos parece un montón. Pero no es la foto, sino la película”.
Incluso, considerando el crecimiento proyectado del PBI en torno al 5%, relativizó su alcance: “Es como si yo te dijese, si salimos de menos 10 y crezco 10, crecí 10 pero estoy en cero, no quiere decir que estoy en más 10, que implicaría efectivamente haber ingresado en una trayectoria de crecimiento”.
Preocupación por la caída del consumo
Uno de los aspectos más preocupantes que aborda el informe de la UBA es el impacto sobre el consumo. La politóloga detalló: “Disminuyen las ventas mayoristas, se incrementan las ventas minoristas de comercios en términos de alimentos, y a la vez cerca del 47% del gasto en supermercados se está haciendo con tarjeta de crédito”.
Ese último dato es clave, según desarrolló, porque refleja el deterioro en el poder adquisitivo de las familias. “Ese dato es muy revelador en relación al poder adquisitivo real que tienen las familias para sustituirse”, remarcó.