El psicólogo Pablo Martino, investigador de Conicet Rosario, desarrolló una prueba no invasiva que en alrededor de 10 minutos detecta deterioro cognitivo leve y se presenta como una oportunidad para el tratamiento contra las demencias, como el alzheimer, la principal causa de discapacidad en adultos mayores.
De manera gratuita, el test, denominado Cavac (Cribado Auditivo Verbal de Alteraciones Cognitivas), permite evaluar a personas a partir de una serie de ejercicios mentales y encontrar diferencias entre las que están transitando un envejecimiento cognitivo saludable y personas que podrían ser casos de deterioro cognitivo. “Está hecho para explorar funciones cognitivas como la memoria, la concentración y las habilidades verbales”, explicó Martino a La Capital.
El resultado se compara con personas cognitivamente saludables y se analizan posibles déficits en su memoria o funciones cognitivas, entre otras. Con estos parámetros, se aceleran los tiempos para comenzar un tratamiento farmacológico o de estimulación y aplacar las consecuencias del deterioro.
El test está diseñado para adultos mayores a cuarenta años y surgió porque “la demencia es la principal causa de discapacidad y de dependencia en las personas adultas mayores del mundo”, dijo Martino. Y se lamentó por las “preocupantes” proyecciones en casos de demencia y otras formas de deterioro cognitivo a nivel mundial.
Cavac, explicó, “intenta identificar posibles casos de deterioro cognitivo leve, pero que no llegan a tener un diagnóstico clínico o no afectan la autonomía de las personas. Si no se trata en cuestión pueden evolucionar a casos más graves”.
Las fallas, muy incipientes, que definen al deterioro cognitivo leve están relacionadas con la memoria, recordar información básica, o bien dificultades para expresar una idea sencilla, entre otras. “Estos errores se pueden hacer cada vez más frecuentes y comunicarse se complejiza”, señaló Martino.
Una de las actividades que propone Cavac es la memorización de un listado de palabras a repetir de corrido, que luego se debe repetir en forma inversa en una segunda instancia. También tiene actividades para completar frases o decir en voz alta en un minuto palabras que inician con una misma letra, entre otros ejercicios mentales de memoria, de atención y de lenguaje para poder recabar la información necesaria sobre la salud cognitiva del paciente.
Martino proyectó este test para que sea abierto a los profesionales y de fácil aplicación. En los próximos años se repetirán los estudios de validación y sus evaluaciones certeras. Mientras tanto, “la prueba está validada, publicada y ya se está utilizando”, aseguró el especialista.
Cómo surgió el test
El desarrollo surgió en 2022, antes de que Martino ingresara como investigador asistente del Conicet en el Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud radicado en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), y fue presentado en el segundo semestre de 2024. Fueron dos años donde Martino trabajo junto a un equipo de psicólogos, psiquiatras y neurólogos especializados en problemáticas neurocognitivas, entre los que contó con Daniel Politis, Mauricio Cervigni y María Marta Esnaola. Primero configuraron las actividades y el contenido.
Ese proyecto fue enviado a un juicio de expertos, una práctica muy común en el ámbito de la ciencia, donde se evaluó y se logró un feedback. En base a eso, se obtuvo la versión final del test y se aplicó a personas cognitivamente sanas, a personas con deterioro cognitivo leve y a personas con demencia tipo Alzheimer. Esta práctica le dio la validación final y fue presentado en la web neurologia.com, el sitio español especializado en esta ciencia médica.
“Como todo en la ciencia (el desarrollo) no está finalizado, porque se irá perfeccionando, pero ya está disponible para cualquier profesional, neurólogo, psicólogo o psiquiatra que trabaje con esta población. Se puede descargar de forma gratuita y ahí está toda la información de cómo utilizarlo”, contó Martino.
Demencias en el mundo
Además de un diagnóstico a tiempo, este tipo de test apuesta por una prevención primaria. Actualmente, en el mundo hay cerca de 55 millones de personas con demencia. Esa cifra superaría los 150 millones en 2050, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre las tareas que se pueden desarrollar para evitar el avance del deterioro cognitivo son talleres de memoria o cursos para adultos. También una lectura activa o tiempo dedicado a la escritura. Fomentar la conversación y discusión, pero también la escucha.
En cuanto a las cuestiones biomédicas, se apuesta por una alimentación saludable, ejercicios físicos de manera regular, hábitos de sueños que permitan que el descanso sea reparador y chequeos médicos y cardiovasculares de rutina.
Para desarrollar estas actividades, Martino remarcó que es importante contar con «políticas económicas y sociales que aseguren una vejez digna, con jubilaciones suficientes o el acceso a servicios de salud de calidad”.