En diálogo con Canal E, el filósofo y economista Horacio Fazio sostuvo que el gobierno de Javier Milei “hace una apuesta fuerte contra la inflación” y que, si logra éxito, podría capitalizarlo electoralmente.
La sociología de la inflación y el plan Milei
“El presidente Milei hace una apuesta fuerte contra la inflación y apunta a que, con ese objetivo, puede ganar las elecciones”, afirmó Fazio, señalando que la estrategia del gobierno rompe con la tradición electoral argentina. Según el economista, esta vez no hay un “plan platita”, sino una estrategia de contención basada en estabilidad económica.
“El fenómeno inflacionario hace a la vida cotidiana de todos nosotros”, explicó Fazio, y propuso pensar la inflación no sólo como un problema monetario, sino como una experiencia social. En ese sentido, “genera tensión, pérdida de tiempo, estrés innecesario; comparar precios, buscar ofertas, vivir en la incertidumbre constante”, resumió.
Fazio considera que una inflación controlada elimina automáticamente estos malestares. “No sé si el presidente Milei es plenamente consciente de ello o lo intuye, pero la inflación es realmente un cáncer social”, insistió. Según su mirada, la clave del éxito está en el discurso público firme y en sostener la política económica actual, más allá de los costos inmediatos.
Cultura inflacionaria y memoria social
Cuando se habla de inflación moderada, Fazio aclara que es un espejismo cultural: “Culturalmente nos hemos acostumbrado a inflaciones altas. Cuando aparece un dígito, creemos que ya está solucionado. Y no es así”. Advirtió que “una inflación que empieza con 1 sigue siendo altísima y puede ser de las más altas del mundo”.
Sobre cómo la sociedad percibe los cambios, Fazio sostuvo que “la gente retiene en su memoria la inflación alta, sobre todo la de dos dígitos”, y lo hace porque no quiere volver a vivir con estrés económico. Para el economista, el gobierno acertó al centrarse en esa demanda social: “El tema de la inflación le ha ido bien al gobierno”, aunque otras variables como el crecimiento económico aún sean inciertas.
Consultado sobre el método para contenerla, Fazio no niega los efectos: “Evidentemente hay un enfriamiento en la economía”, admitió, y recordó la frase de Milei: “la inflación bajó y no se ven cadáveres en las calles”. Para Fazio, aunque cruda, esa imagen refleja que el ajuste no fue tan destructivo como se temía.
Sin embargo, no descartó costos: “Es imposible reducir el gasto público sin afectar al ingreso de los jubilados”, dijo, apuntando a uno de los sectores más sensibles. Según su visión, esta etapa implica sacrificios que deberán ser revisados a medida que mejore la situación fiscal. “Las prioridades en épocas mejores estarán por verse o por prometerse”, concluyó.