viernes, 15 agosto, 2025
InicioSociedadMedio Oriente. Se encamina hacia una mayor escalada

Medio Oriente. Se encamina hacia una mayor escalada

Palestina:

El enemigo sionista continúa su guerra contra la región y sus pueblos, librando un ataque implacable contra la humanidad, el medio ambiente y el desarrollo urbano. Sus ataques se intensifican, llegando al punto de genocidio contra la población de la Franja de Gaza. No contento con bombardear campos de refugiados con toneladas de cohetes, el enemigo ha pasado a la mayor operación sistemática de hambruna en colaboración con el gobierno estadounidense. Los palestinos mueren de hambre a diario, y la Franja de Gaza se encuentra ahora al borde de una hambruna catastrófica. Esta es una escena que encarna el fracaso humanitario y moral del mundo.

Esta no es una hambruna resultante de un desastre natural, sino más bien el resultado directo de las políticas de endurecimiento del bloqueo sionista y las operaciones militares. Informes internacionales del Programa Mundial de Alimentos lo confirman, advirtiendo que «Gaza se enfrenta a niveles catastróficos de hambre» y que «la hambruna es inevitable si no llega un flujo de alimentos amplio y sostenido». La Organización Mundial de la Salud confirmó un fuerte aumento de la desnutrición en niños menores de cinco años, y la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios indicó que el 100% de la población de Gaza (2,3 millones de personas) sufre diversos grados de inseguridad alimentaria, y una gran proporción de ellos se encuentra en situaciones de emergencia y hambruna.

Las escenas diarias que recibimos de la Franja de Gaza son un testimonio horroroso de un sufrimiento humano indescriptible. La hambruna se acerca sigilosamente a niños y adultos cuyo único delito es vivir en una tierra sitiada y devastada. La acción urgente y eficaz no es una opción; es un deber humanitario y moral urgente salvar vidas inocentes. El silencio y la reticencia del mundo a tomar medidas decisivas escribirán capítulos oscuros en los anales de la historia.

El enemigo continúa su guerra genocida contra el pueblo palestino con decisiones políticas aprobadas por la Knéset, desde la aprobación del control de Cisjordania hasta la decisión del gobierno enemigo de ocupar la Franja de Gaza y nombrar allí a un nuevo gobernante. Esto confirma su intención de poner fin a la causa palestina.

Siria:

El nuevo régimen en Siria sigue sumido en una profunda crisis y es incapaz de llegar a un entendimiento con las fuerzas políticas y militares activas de la sociedad siria. Tras las masacres en la zona costera cometidas por las Fuerzas Generales de Seguridad Sirias y milicias extranjeras afiliadas a Al Qaeda, se ha vuelto difícil convencer a las facciones militares de Sweida y las FDS de que depongan las armas o se integren en las nuevas instituciones militares y de seguridad. La intervención israelí complica aún más la situación siria. El enemigo invadió territorio sirio y estableció puestos de observación cerca de Damasco (a 13 km).

El nuevo régimen en Siria se basa en una ideología takfirí criminal que rechaza a los demás y no trata a todos los componentes del pueblo sirio como sus propios súbditos. Las violaciones sectarias que tienen lugar en ciudades y universidades sirias confirman que la mentalidad del nuevo régimen gobierna el país como una milicia sectaria.

Turquía, Estados Unidos y Arabia Saudita han intentado sentar las bases para la supervivencia de este nuevo régimen proporcionando apoyo financiero, económico y político y estableciendo acuerdos de seguridad con Israel. Se han celebrado varias reuniones entre representantes del nuevo régimen y el Estado sionista, la más reciente de las cuales fue la de Bakú, Azerbaiyán. Los recientes acontecimientos en Sweida han tenido un impacto significativo en la realidad siria. Durante la guerra civil siria, los habitantes de Sweida se distanciaron del conflicto y no participaron en la masacre sectaria. Tras la caída de Assad, las fuerzas drusas se encontraban en la Plaza de los Omeyas antes de la llegada de las fuerzas de al-Julani. Los drusos tendieron la mano al nuevo gobierno, hasta el punto de que las facciones de Sweida llegaron a un acuerdo preliminar con él. El movimiento druso aislacionista, apoyado por el enemigo sionista, era minoritario, y todos esperaban una conferencia nacional y un papel de ruta política clara. Sin embargo, la respuesta del nuevo régimen fue invadir Sweida, humillar y asesinar a su gente, secuestrar a sus mujeres y robar sus propiedades. Esto demuestra que las políticas sectarias y criminales del régimen sirven al proyecto sionista en la región. El nuevo régimen islámico en Siria ha perseguido un proyecto de normalización con el enemigo y comenzó su reinado traicionando las causas del pueblo árabe. Sin embargo, el estado sionista tiene su propio proyecto en la región. No busca estados débiles ni serviles, sino cantones sectarios en guerra que dividirán Siria en cuatro estados sectarios y crearán lo que se conoce como el Corredor de David. Se abrigaba, y se abriga, la esperanza de que el pueblo sirio se rebele contra el nuevo gobierno, rechace la afganización de Siria, rechace la normalización con el enemigo e inicie el proceso de construcción de una nueva Siria.

Líbano:

Más de ocho meses después del anuncio de la frágil tregua entre el Líbano y el enemigo, el panorama político y militar se vuelve cada vez más complejo. El enemigo aún se niega a implementar los términos del acuerdo y a retirarse de los territorios que ocupó. Sus drones perpetran asesinatos a diario y sus aviones de guerra lanzan incursiones semanales en territorio libanés, alegando tener como objetivo instalaciones militares y lanzamisiles.

En las últimas semanas, el enemigo ha lanzado serias amenazas con su intención de reanudar la guerra con el Líbano si no se cumplen los términos del acuerdo firmado en octubre. El enemigo, junto con los estadounidenses, afirma que el acuerdo estipula la retirada y destrucción de todas las armas de Hezbolá, mientras que Hezbolá se niega obstinadamente a reconocer la derrota e insiste en que el acuerdo no incluye la zona al norte del río Litani, sino solo la zona al sur.

Las amenazas sionistas han tenido un impacto significativo en la vida política del Líbano, y los estadounidenses lo aprovecharon enviando a su enviado para la región, Tom Barak, con el texto de un nuevo acuerdo al Estado libanés. El acuerdo incluye varias disposiciones, entre las que destacan la retirada de las armas de Hezbolá, desde misiles balísticos hasta drones, en un plazo de seis meses; la imposición de controles en cruces fronterizos, puertos y aeropuertos; la imposición de controles sobre el sector financiero y bancario; la demarcación de la frontera con la entidad sionista; la cesión de tierras en las granjas de Shebaa y las colinas de Kfar Shuba; y la suspensión de los proyectos de reconstrucción.

Nuestra postura fue clara desde el principio: el documento de Barak era una declaración de rendición total al enemigo y un acuerdo entre el Líbano e Israel bajo los auspicios de Estados Unidos. La autoridad política debe informar a los estadounidenses que la solución al problema de las armas de Hezbolá es un asunto interno que debe abordarse en el marco del Estado libanés y enmarcarse en la estrategia de defensa y los planes de seguridad nacional. Sin embargo, las autoridades libanesas cometieron un grave error al decidir debatir el documento estadounidense en una reunión del Consejo de Ministros libanés con el objetivo de aprobarlo. El gobierno libanés se reunió durante dos días y lo debatió. A pesar del acalorado debate y la retirada de los ministros chiítas de la sesión, el gabinete votó y aprobó el documento, convirtiéndolo en un nuevo acuerdo entre el Estado y la entidad bajo los auspicios de Estados Unidos. El Estado se compromete a retirar las armas de Hezbolá dentro de un plazo específico, lo que ha sumido al país en una nueva crisis política con dimensiones sectarias y nacionales. El gobierno libanés ha sucumbido a la intimidación y la presión saudíes y estadounidenses. Esta sumisión lo despoja de su inmunidad y legitimidad nacionales. El lema de esta etapa es obligarlo a ceder, declarar nulas sus decisiones o derrocarlo. El deber de toda autoridad legítima en el Líbano es afirmar el derecho del pueblo libanés a resistir la ocupación.
El deber de toda autoridad legítima en el Líbano es aprovechar las capacidades y la experiencia existentes de Hezbolá y desarrollar una estrategia de defensa nacional que las aproveche.

El deber de toda autoridad legítima en el Líbano es apoyar la firmeza del pueblo palestino y rechazar la normalización de relaciones con el enemigo.

Por Ali Hammoud

Más Noticias