SOCIEDAD
Tenía 31 años, trabajaba en ventas y había denunciado a su pareja por violencia
Florencia Revah tenía 31 años y era recordada por sus allegados como una mujer trabajadora, compañera y de carácter amable. Tras la pandemia, se dedicó a la venta de autos en un concesionario de la avenida Del Libertador, en la Ciudad de Buenos Aires. Más tarde, decidió cambiar de rubro y comenzó a trabajar en la comercialización de ventiladores.
Amigos y colegas describieron que solía ser reservada en su vida personal. “Era muy eficiente en su trabajo, buena persona y tenía que ingeniárselas para usar redes sociales a escondidas, porque él la controlaba”, relató una fuente cercana.
La vida de Florencia antes del crimen
Florencia convivió con Esteban Alejandro Suárez en Tigre, pero en 2021 lo denunció por violencia de género. En ese momento, pidió la exclusión del hogar y una prohibición de acercamiento. A pesar de esas medidas, la pareja retomó el vínculo intermitentemente, en una relación marcada por los celos y la violencia.
Un excompañero de trabajo recordó que Revah ya había atravesado vínculos sentimentales tóxicos en el pasado. “Siempre era muy cuidadosa con sus horarios. Iba directo del trabajo a su casa para evitar conflictos”, relató.
El hallazgo y la investigación judicial
El domingo, un vecino alertó al 911 sobre un auto sospechoso estacionado en un camino rural de San Antonio de Areco, a pocos metros de la Ruta Nacional 8. Dentro del Chevrolet Onix blanco encontraron los cuerpos de Florencia y Suárez.
| Redacción
La joven presentaba heridas de bala, una de ellas en el cuello. En el asiento trasero del vehículo fue secuestrada una pistola Bersa con mira láser, además de cartuchos y vainas servidas. El hombre tenía una herida en la cabeza, que los investigadores consideraron autoinfligida.
La hipótesis principal apuntó a un femicidio seguido de suicidio. “De no surgir otra evidencia, es un caso prácticamente cerrado”, indicaron fuentes de la investigación.
El intendente de San Antonio de Areco, Francisco Ratto, confirmó que las víctimas eran oriundas de Tigre y no tenían relación con la localidad. El secretario de Seguridad local agregó que Suárez habría intentado incendiar el vehículo tras el ataque, aunque finalmente se suicidó en el interior del auto.
La causa quedó en manos del fiscal Luis Gargagno, del Departamento Judicial de Mercedes, quien la caratuló como “homicidio de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género”.
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