Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican unos 10 millones de nuevos casos de demencia en el mundo, y la enfermedad de Alzheimer es la forma más común: causa entre el 60 y el 70 por ciento del total. La demencia es la séptima causa de muerte a nivel global y se estima que el número de personas afectadas se triplique para 2050. Claro que hasta que ese momento llegue, puede ocurrir algo que ayude a frenar la tendencia.
Estudios recientes habían demostrado que las vacunas con el herpes zóster en adultos mayores reducen el riesgo de demencia. Ahora, un trabajo publicado por la Universidad de Oxford en la revista npj Vaccines, en base a 430 mil historias clínicas, da cuenta de que no sólo ésa, sino también una vacuna contra el virus sincicial respiratorio (VSR) se asoció con una reducción del 29 por ciento en el riesgo de demencia en los 18 meses posteriores. Ambos medicamentos tienen algo en común: el adyuvante que utilizan para que lograr una mayor eficacia.
El adyuvante en una vacuna es una sustancia que potencia la respuesta inmunitaria del cuerpo, al estimular las células inmunes y permitir que sistema inmunitario reconozca el antígeno de la vacuna para producir una respuesta más robusta. Por ejemplo, se comprobó que en el caso de la vacuna de la gripe esto no sucede”.
En este caso, el adyuvante que comparten tanto la vacuna contra el herpes zóster estudiada como la del VSR se denomina AS01. El motivo por el que este adyuvante podría funcionar como protector del cerebro aún es un misterio. Pero algunos estudios de laboratorio ya intentan comprender el fenómeno.
Todavía no está claro, según lo reportado por la Universidad de Oxford, si estas vacunas previenen la demencia o retrasan su aparición. Cómo sea, cualquiera de las dos opciones significaría un paso adelante en función de que al día de hoy ninguno de estos beneficios ha llegado a concretarse.
Maxime Taquet, profesor del Departamento de Psiquiatría de esa universidad, y autor del trabajo, no dudó en afirmar: “Nuestros hallazgos demuestran que las vacunas contra dos virus distintos, el herpes zóster y el VSR, reducen la demencia. Esto justifica aún más la vacunación, además de su eficacia para prevenir estas graves enfermedades”.
Otro de los investigadores de mismo departamento, Paul Harrison, dijo que “los hallazgos son sorprendentes” y que se necesitan “estudios que confirmen si el adyuvante presente en algunas vacunas contribuye a la reducción del riesgo de demencia y para comprender cómo lo hace”.
Una posible explicación
El trabajo dice que “los mecanismos subyacentes a los efectos protectores de ambas vacunas AS01 contra la demencia siguen sin estar claros. Una posibilidad es que reduzcan de forma independiente el riesgo de demencia al prevenir sus respectivas infecciones. Cada vez hay más pruebas que sugieren que las infecciones pueden aumentar el riesgo de demencia. Sin embargo, el hecho de que se observe un efecto protector a los pocos meses de la vacunación contradice esta posibilidad”.
Lo que sigue es bastante técnico, pero es la principal hipótesis que barajan los investigadores: “El AS01 podría proteger contra la demencia a través de vías inmunológicas específicas. En particular, se ha demostrado que la estimulación del receptor tipo Toll 4 con monofosforil lípido A, mejora la patología de la enfermedad de Alzheimer en ratones”.
Agregan que “los dos ingredientes principales del AS01, MPL Y QS-21, actúan sinérgicamente para activar los macrófagos y las células dendríticas (Nota de la R: actúan como centinelas en el sistema inmune) y desencadenar una cascada de citocinas independiente de la edad, que culmina en la producción de interferón gamma (INFy). El IFN-y podría atenuar la deposición de placa amiloide y se correlaciona negativamente con el deterioro cognitivo en adultos mayores cognitivamente sanos”.
PS