martes, 16 diciembre, 2025
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Antes de la última suba de tasas, la mora de familias y empresas alcanzó su máximo histórico

El financiamiento bancario comenzó a encender luces amarillas incluso antes de la última suba de tasas. En julio pasado, en la previa la escalada de tasas de interés producto del apretón monetario, la mora bancaria total del sistema empeoró en 0,3 puntos porcentuales y totalizó el 3,2% de la cartera de créditos total. Cada vez resulta más difícil a las familias y empresas mantener sus deudas al día: la mora en los hogares alcanzó el 5,6%, lo que representa su nivel más alto en los últimos 15 años.

Los datos corresponden al último Informe sobre bancos que elabora el Banco Central y tienen un retraso de 60 días. El reporte del organismo muestra también un incremento de la mora de las empresas, que tocó el 1,2% y un aumento en la cantidad de cheques rechazados, que representaron el 1,4% del total.

La baja de la inflación y unos salarios cada vez más ajustados afectan a la capacidad de pago de las familias: la cartera irregular de prestamos personales pasó del 4,6% que había alcanzado en abril a tocar el 7,2% en julio. En el caso del financiamiento con tarjeta de crédito, la irregularidad de los pagos pasó de representar el 2,9% en abril al 4,8% en julio último.

En un sentido estricto, estas cifras alcanzan a las personas que no llegan ni a pagar el saldo mínimo de sus resúmenes y mantienen esta deuda por treinta días o más.

Todas estas cifras encienden una luz de alerta sobre uno de los motores de la economía en la era Milei: el crecimiento del crédito. Si bien en la City dicen que la cadena de pagos aún no corre riesgos, señalan que es cierto que en los últimos meses se ve un creciente deterioro.

Luces de alarma para las empresas

El panorama luce más adverso si se tiene en cuenta que solo en lo que va de 2025 por lo menos una docena de empresas ya anunciaron reestructuraciones de deudas o default. El más resonante de los últimos días fue el de Celulosa Argentina, que presentó su concurso de acreedores y se vendió por US$ 1, como una alternativa para evitar la quiebra.

Miguel Arrigoni CEO de First, afirmó: «Son tiempos de cambios. El esquema ha “rotado” y, con un entorno mucho más competitivo y desafiante, las empresas reaccionan de distintas formas, acorde al mercado donde se desempeñan. Algunas diversifican, otras evalúan crecer o achicarse. En este contexto, el financiamiento es indispensable».

Para Arrigoni, pese al rebote del crédito, la calidad de la cartera todavía no genera señales de alerta sistémica: el ratio de irregularidad fue del 2% en marzo, mientras que los cargos por incobrabilidad se elevaron a 4,7%anual, aunque siguen por debajo del nivel de un año atrás.

El economista advirtió «vamos hacia lo que puede ser una tormenta perfecta para las empresas de distintos sectores, con caída de márgenes, aumento del apalancamiento, mayor peso de la deuda de corto plazo, y un deterioro de los ratios de cobertura».

«Los sectores exportadores operan con un tipo de cambio real más apreciado y márgenes erosionados; la industria nacional, con baja productividad, vuelve a poner la agenda de competitividad en el centro del debate. Y el consumo masivo y el retail enfrentan ingresos comprimidos, menor poder de fijación de precios y estructuras ineficientes frente a costos crecientes», afirmó Arrigoni.

Por su parte, Cristian Traut, de esa misma firma, comentó:»El crédito hoy es más selectivo, hay menor rollover de inversores, subió el costo de fondeo y hay mucha volatilidad financiera, creando la tormenta perfecta para un estrés financiero en las empresas que no contaban con una posición financiera sólida. Diría que reestructurar hoy para algunos sectores es una herramienta de gestión, no solo de crisis, para alinear deuda y flujo operativo».

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