Un insólito momento se dio este viernes en pleno vivo de Intrusos. De esas situaciones que nadie se las espera, que se dan de forma muy espaciadas y que toman a todos por sorpresa. En este punto, el protagonista de la situación fue Adrián Pallares, quien mientras presentaba un tema junto a su compañero Rodrigo Lussich vivió un episodio tenso.
Todo se dio mientras se presentaba la clásica bomba dentro del programa. En un momento, mientras cada uno iba disparando diferentes datos sobre el enigmático que buscaban revelar, en un pasaje Lussich le marcó a Pallares el hecho de que estaba muy pegado a su teléfono celular. ¿Qué estaba pasando con el periodista?
“¿Qué pasa con ese teléfono?”, le preguntó Rodrigo a su compañero, para luego marcar con mucho más énfasis: “Están rompiendo los huevos con ese teléfono”. Fue entonces cuando Pallares se disculpó tanto con sus compañeros de piso y con el público, para explicar un poco por qué motivo no se podía despegar de su teléfono.
“Tengo un problema”, comenzó diciendo Adrián, para luego advertir: “Quizá tenga que llegar a salir (del programa)”. Fue entonces cuando un manto de misterio comenzó a tejerse, hasta que el conductor decidió blanquear el momento familiar que estaba viviendo en su casa mientras hacía el programa: “Tengo que pasarle un dinero a mi casa”.
POR QUÉ LA HIJA DE ADRIÁN PALLARES LO LLAMÓ EN VIVO Y TUVO QUE INTERRUMPIR EL PROGRAMA
“Mi hija está sola en casa y necesita que le pase plata. La chica encima me puso esta plata, o sea, me dijo ‘Papá pasame esta plata’… esperá que entro en la billetera”, dijo el conductor. En ese momento, Lussich decidió interrumpir el programa para dar un aviso: “¡Paren todo! Hay que hacerle una transferencia a la hija de Pallares”.
“¿Tenés el alias?”, le preguntó su compañero, a lo que Pallares, mientras seguía revisando su teléfono escribiéndole a su hija y tratando de organizarse, respondió: “Acabo de pedírselo porque siempre se lo pasa a la madre”.
“¿Cuánta guita es?”, siguió investigando Lussich. Pero mientras Adrián intentaba concentrarse en responder mientras trataba de completar la transferencia, solo atinó a decir: “No es mucho. Me lo puso en la billetera”. Una vez que llevó a cabo la transacción festejó junto a sus compañeros, ya que pensaba que el sistema no iba a permitirle hacer tal movimiento de dinero.
Fue entonces cuando, ya más tranquilo por haberle pasado el dinero a su hija, Pallares explicó qué pasó en realidad: «Yo estoy solo con mi hija hoy porque todas se fueron a Mendoza. Y hoy me dijo ‘Papá, te dejo esta plata en la billetera y pasámelo después’. Pero bueno, ahora ya estoy tranquilo, perdón. Soy un padre luchón».