Desde el 18 se sumará a la cartelera de cine esta nueva comedia: Papá x dos con tres protagonistas: Benjamín Vicuña, Celeste Cid y Lucas Akoskin. La dirección fue de Hernán Guerschuny y cuenta con un elenco donde figuran intérpretes chilenos además de argentinos: María Gracia Omegna, Tati Fernández, Sergio Freire, Julieta Poggio, Homero Pettinato, Eugenia Guerty y Pablo Fábregas, entre otros. El guión lleva la firma de Mili Roque Pitt y Matías Rodríguez.
Los tres protagonistas hacen un alto en sus otras actividades, ya que Celeste Cid volverá a la dirección y ya está armando una serie escrita por ella que también interpretará, donde rondará el tema de la maternidad. Mientras Benjamín Vicuña casi en secreto está filmando una nueva serie que tendrá el sello de Daniel Burman y por eso viaja seguido a Uruguay. Anticipó que es probable que vuelva a los escenarios en la versión teatral de Secreto en la montaña compartiendo con Esteban Lamothe y dirigidos por Javier Daulte. Espera el estreno de otra película, Rey del ring, filmada en Chile y que distribuirá Disney, ubicada en la década del 40 sobre la vida del boxeador Arturo Godoy. Se sumará el documental titulado Eterno, donde interpretará a David Arellano.
Tampoco Lucas Akoskin se quedará quieto, tiene que volver a Los Ángeles para filmar una película, luego viajará a España para grabar una serie y proyecta hacer una temporada teatral en Buenos Aires en su doble responsabilidad de actor y productor.
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—¿Qué los decide para aceptar filmar una película?
BENJAMÍN VICUÑA: Sin dudas el guión es el gran referente. En este caso es inteligente, porque es una propuesta novedosa sobre una familia ensamblada. La película permite y propone ampliar las mentes. Mi personaje se transforma a lo largo de la acción, todo eso me decidió.
CELESTE CID: Hay algo de intuición. Cuando lo leo y siento que estoy para hacerlo, a partir de la lectura, si fluye. Después influye el elenco y cómo será el trabajo. Me gusta que las películas se ensayen, cuando hay trabajo atrás. Vengo de una época en donde se estudiaba, soy muy discípula de Cris (Morena). Entrábamos al piso con la letra sabida, tengo esa escuela y te diría que hoy es mi cajita de herramientas.
—¿Hasta qué punto interviniste en el guión, ya que además de actuar sos el productor?
LUCAS AKOSKIN: Fui parte del proceso creativo desde el comienzo. La historia siempre estuvo planteada muy claramente desde los autores. Con los demás productores siempre fuimos muy partícipes de todo el proceso creativo y como actor también me da la oportunidad de diagramar junto a Benjamín (Vicuña). Fue pensada para nosotros. Sabíamos qué cualidades poner y cómo íbamos a componer a cada personaje.
—¿Cómo fue trabajar con un actor que además es uno de los productores?
B.V: Con Lucas ya habíamos hecho otra película–Miénteme– así que nos conocíamos trabajando, pero también es mi amigo. Él sabe ubicarse en los dos roles, como actor y como productor. Además hoy en día todos estamos en un lugar muy colaborativo, queremos a nuestras películas. Somos todos socios, porque intentamos y queremos que el cine subsista y que la gente vaya a las salas.
—¿Cuáles son las dificultades de filmar con niños?
B.V: Los americanos hablan de play, juego en la actuación y nosotros siempre tenemos como referente a los niños con sus miradas ingenuas. Cómo perciben y actúan desde lo lúdico y siendo honestos. Sin duda los planos más lindos de la película los tiene un bebé y es mucho más verdadero que cualquier actor. Hay que ser honesto, la filmación es más tediosa y lenta porque cuando hay niños los horarios son restringidos, pero vale la pena.
C.C: Soy fan de los niños. Las escenas de la película donde están ellos son mis favoritas. Me encanta la frescura y cómo nuestro director, Hernán Guerschuny, los acompañó dejándoles la libertad necesaria para que realmente jueguen. Muchas de esas secuencias me las perdí, porque no estaba mi personaje en ellas.
L.A: Los chicos tienen un horario mucho más restringido. Hay que respetar unas normas y leyes que tienen que ver con los derechos de los niños, con cuánto tiempo pueden trabajar en el set y eso te limita en toda la programación del rodaje, eso es una dificultad grande. Después, obviamente hay que acompañarlos, ayudarlos, entenderlos y saber llevarlos con mucha paciencia. Los chicos tienen una magia innata de por sí y no tienen que esforzarse. Ser niño viene con un regalo de inocencia y juego que nos atrae a todos, invitándonos a ese espacio lúdico.
—El usar anteojos, caracterizar así a tu personaje: ¿fue idea tuya o del director?
B.V: Usar anteojos para los personajes es algo que más de alguna vez lo usé, pero para esta película me había operado la vista, así que fue una decisión estética que tenía que ver también con la profesión del personaje que es arquitecto y me ayudaba a darle una pequeña fragilidad y debilidad, sobre todo en contraste con el papel de Lucas, que aparece como perfecto, sano y musculoso.
—¿Hay varios actores chilenos?
B.V: Es una coproducción chilena y argentina. Para mí busca un propósito, un objetivo que ojalá podamos conseguir que es que el contenido y el estreno funcione en ambos países por igual. Queremos que sea una película binacional. Vamos a ver cómo funciona. Está Paulo Brunetti, argentino que trabajó mucho en Chile, también quien hace de mi hermana –María Gracia Omegna– es una actriz chilena muy conocida.
—¿Por qué te vemos tan poco?
C.C: Justo este año para mí fue de mucha transformación porque falleció mi papá en el 2024. Creo que hubo algo de un cambio muy profundo, de revisar ciertas cosas. Ahora empujo en este nuevo estreno y estoy con un nuevo trabajo todos los días, con ganas también de ponerme a jugar como actriz.
—¿Creen que el éxito que está teniendo “Homo Argentum” pueda incentivar al público a ver este film?
C.C: Ojalá. Es muy grato saber que las salas se están llenando y que la gente está yendo al cine, porque allí están nuestras historias, lo que nos define, nos invita a pensar, nos cuestiona y nos incomoda. El cine es como un gran espejo para mí. Me pone muy contenta también que se estrene, el mismo día que Belén, la última película de Dolores Fonzi. Deseo que nos vea la mayor cantidad de gente, tiene que haber espacio para todo tipo de cine. Siento que es un momento de florecimiento, que lo teníamos muy pendiente, porque estaba muy golpeado.
L.A: Me gustaría creerlo. No tengo una opinión formada de cómo el público elige ni cuál es el motor que lleva al público a las salas. Le hace bien a la gente identificarse, reírse en comunidad, sobre todo en la comedia.