Quienes más conocen a Javier Milei advierten que el respaldo absoluto que le dio a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, no obedece a su condición de mejor amiga y confidente. El Presidente, según le han escuchado decir en las últimas horas, está convencido que las «operaciones» que se multiplicaron en contra la funcionaria tiene como objetivo final sepultar su plan para el área social y frenar el aluvión de denuncias contra la gestión anterior y organizaciones sociales. «No es personal, es político, es un sistema de corrupción perverso», es el argumento.
Con esa premisa, desde que volvió de El Salvador, el jefe de Estado no ahorró en gestos de apoyo y salió a blindar a Pettovello, a quien sumó a la mesa política, que en silencio y bajo extremo hermetismo comenzó a funcionar en Casa Rosada hace unos meses con un doble objetivo: por un lado, avanzar en la construcción partidaria, un tema que lidera Karina Milei, y también para definir temas clave de gestión.
El funcionamiento de esta mesa tomó un papel más relevante en las últimas semanas, cuando el rol del por entonces jefe de Gabinete, Nicolás Posse, había quedado acotado por su pelea con Milei y había cuestiones de las que en el Gobierno no querían participarlo.
En la cumbre que mantuvieron el domingo en la Quinta de Olivos y en el almuerzo de este lunes en el Ministerio de Capital Humano, Milei contuvo a Pettovello con un argumento sencillo: «No te podés ir, te necesito más que nunca para terminar de depurar todos los curros que había, y el que no lo entienda se la va a tener que ver conmigo», le habría dicho el jefe de Estado, según reconstruyeron fuentes inobjetables.
Aunque Pettovello le aclaró que «nunca» pensó en irse y desmintió las versiones periodísticas que surgieron desde el propio Gobierno, Milei subió la apuesta y le pidió a la ministra que se sume a la mesa política «para trabajar más cerca en el día a día».
En rigor, meses atrás ya había sido convocada por el asesor todoterreno Santiago Caputo, el representante y los ojos de los hermanos Milei en esa mesa, y por Guillermo Francos, cuando todavía era ministro del Interior y su salto a la Jefatura de Gabinete no estaba en los planes de nadie. Pero la ministra se había mantenido abocada a sus tareas en Capital Humano y esquivó involucrarse en otras cuestiones. Sólo apareció una vez en las reuniones en Interior cuando debía definirse la estrategia a seguir en torno a las universidades.
De esos encuentros, además de Karina Milei, Caputo y Francos, suelen participar el hoy vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, el subsecretario de Integración Socio-Urbana, Sebastián Pareja, el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y su primo Eduardo «Lule» Menem, subsecretario de Gestión Institucional, y el diputado José Luis Espert, entre otros nombres de peso.
«Javier quiere que Sandra trabaje cada vez más cerca suyo, como en la campaña», aseguran en el entorno de Milei y, aunque aclaran que esto no implica que pueda dejar su lugar en Capital Humano, no descartan que operativamente comience a estar en Casa Rosada en algún despacho cercano al del Presidente.
«Va a pasar de forma natural. Esto los unió todavía más. Se complementan perfecto y además Javier sabe que los ataques no van a parar si la deja sola a Pettovello», aseguró un alto funcionario a este diario.
A contramano de las críticas que recibió Capital Humano en las últimas semanas, la evaluación de Milei sobre el trabajo de Pettovello es contundente: «Es la mejor ministra de la historia«, dijo en una improvisada declaración que realizó en la sala de conferencias ante los periodistas acreditados. No fue una aparición espontánea la del Presidente. Tampoco lo fue su exageración: pretendió dejar en claro ante su tropa que no tolerará más reproches internos, como los que trascendieron la semana pasada.
Como contó Clarín, el jefe de Estado ya tiene identificado de dónde surgió una de las versiones que dieron cuenta de la posible salida de Pettovello. Es un peso pesado del Gobierno y su continuidad dependerá de cómo evolucione el tema. Al igual que en la previa a la salida de Posse, cuando el Presidente alertó que echaría “al que hace una operación», Milei está dispuesto a darle una oportunidad al presunto autor de esa filtración, pero no ocultó a su entorno que tomó nota.
«Se sorprendió cuando supo quién era, no lo hubiera imaginado jamás», alimentó el misterio un encumbrado funcionario. Distinto fue el caso de Pettovello, que suele ser más desconfiada. Esa mirada aguda de su mejor amiga, dicen en Casa Rosada, es lo que anda buscando el Presidente en un momento en el que el fuego amigo se intensifica.