El Premio Nobel de Física de este año fue para el estadounidense John Hopfield y el británico Geoffrey Hinton por sus descubrimientos fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales y que dieron su aporte a la inteligencia artificial, según se anunció de manera oficial. “Mostraron una forma completamente nueva de utilizar las computadoras para ayudarnos y guiarnos a abordar muchos de los problemas desafíos que enfrenta nuestra sociedad”, fue uno de los motivos por los cuales el jurado especialista decidió galardonarlos.
“El aprendizaje automático basado en redes neuronales artificiales está revolucionando actualmente la ciencia, la ingeniería y la vida cotidiana. Gracias a su trabajo, la humanidad cuenta ahora con un nuevo elemento en su caja de herramientas, que podemos elegir para utilizar con buenos fines”, destacaron las autoridades.
El desarrollo del aprendizaje automático se disparó en los últimos quince o veinte años y utiliza una estructura llamada red neuronal artificial. Cuando hablamos de inteligencia artificial muchas veces nos referimos a este tipo de tecnología. Aunque las computadoras no pueden pensar, las máquinas ahora pueden imitar funciones como la memoria y el aprendizaje. Los galardonados en física de este año contribuyeron a que esto sea posible porque, mediante esta ciencia, desarrollaron tecnologías que utilizan estructuras en redes para procesar información.
El aprendizaje automático se diferencia del software tradicional, que funciona como una especie de receta. El software recibe datos, que se procesan según una descripción clara y produce resultados, muy parecido a cuando alguien recoge ingredientes y los procesa siguiendo una receta, produciendo un pastel. En lugar de esto, en el aprendizaje automático la computadora aprende con el ejemplo, lo que le permite abordar problemas que son demasiado vagos y complicados para ser manejados mediante instrucciones paso a paso, explicaron desde el comité del Nobel.
Hopfield nació en 1933 en la ciudad estadounidense de Chicago y actualmente es profesor en la Universidad de Princeton. Hinton, en tanto, nació en 1947 en Londres y ejerce en la actualidad como docente en la Universidad de Toronto, en Canadá.
Los galardonados en Física de este año utilizaron herramientas de esa ciencia para construir métodos que ayudaron a sentar las bases del aprendizaje automático actual. Hopfield creó una estructura que puede almacenar y reconstruir información y Hinton inventó un método que puede descubrir de forma independiente propiedades en los datos, algo que se volvió importante para las grandes redes neuronales artificiales que se utilizan actualmente.
El premio de Física incluye 11 millones de coronas suecas (un millón de dólares). Se concedió en 117 ocasiones. Los laureados están invitados a recibir sus premios en sendas ceremonias el 10 de diciembre, el aniversario de la muerte de Nobel. En la edición anterior, tres científicos ganaron el Nobel de Física por ofrecer el primer atisbo de una fracción de segundo al vertiginoso mundo de los electrones, un campo que algún día podría mejorar los dispositivos electrónicos o los diagnósticos médicos.
La temporada de entrega de estos prestigiosos galardones comenzó este lunes con el de Medicina, que quedó en manos de los investigadores estadounidenses Víctor Ambros y Gary Ruvkun por su hallazgo del micro-ARN, un nuevo tipo de molécula ARN minúscula que tiene un papel crucial en la regulación de la actividad de los genes.
Este miércoles será el turno del de Química; el jueves, el premio de Literatura; el de la Paz, el viernes; y el galardón de Economía, creado más recientemente, cierra el evento el próximo lunes.
El Nobel de la Paz, el más destacado, nunca fue tan difícil de predecir, con las catástrofes multiplicándose por todo el planeta. Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri), se inclina por un “año blanco”, es decir, que no se conceda el premio, como ya ocurrió en 19 ocasiones en toda su historia, la última de ellas en 1972, en plena guerra de Vietnam. ”Quizás sea hora de decir: ‘Sí, mucha gente trabaja muy duro, pero sin resultado y hace falta que más personas y dirigentes mundiales despierten y se den cuenta de que estamos en una situación sumamente peligrosa’”, declaró a la agencia AFP.
LA NACION
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